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ARJONA PINTOR VISTO POR UN FOTÓGRAFO...



Texto publicado por Francisco Erena Arjona en su página de Facebook



Foto: Pedro Taracena Gil

Para Maja y Camillo:
Ayer hablamos de sueños…Aquí os mando una de esas bellaquerías.
MI PALACIO EN SANABRIA
SABRÉIS mis querido amigoso por esta carta, que ayer mismo he tenido que cerrar la puerta de mi palacio en Sanabria. No puedo aguantar más la ruina, las penas y el martirologio que me causa tal decisión. Ya veis como queda la puerta de noble castaño. Dentro ha quedado: los muebles, los calderos de cobre usados para la matanza, el carro que tanto gustaba a mi difunta esposa cuando con ropas típicas del país, visitáramos la feria de ganado en Macotera. (pueblo de Salamanca)- Todo se ha vuelto esquivo, todo, Camillo. Mi vista no alcanza a ver tanto desorden y abandono.
Yo, que era en mis años mozos en esta villa la envidia por mi destreza, en el arte de la madera y en la siembra de calabacines. Hoy no valgo ni para mearme en los calzoncillos, pues, hasta esto he perdido el control, amigo.
He pensado mucho en ti, en tus buenas obras humanas. Razonando, que vives en una gran ciudad quizá, pudieras aconsejarme en dónde pasar mis últimos días en compañía de alguna muchacha hacendosa y limpia de esas que tantas oigo decir en la tele y que llegan de la América hispana. No, no pienses Camillo en sexo, eso lo dejo para ti, todavía joven. –Algunas de esas muchachas que por necesidad, buscan ganar el pan para sus hijos. Otras cosas ya a mi edad es “mear y no echar gota”.
Deseo que sigas investigando en arte y seleccionando tan bellamente música como has incluido en el magnífico video que me has hecho. Por ciento: se lo mostré a don Toribio, Alcalde de esta villa y a penas vio cinco minutos de él, me dijo que lo veríamos otro día, que andaba con priesas de ver el partido del Atlético Madrid – Madrid que ponían en el Bar del Nicasio. No se lo tomé en cuenta porque aquí en este pueblo nos conocemos todos y Toribio es el más borrico de todos. Tiempo al tiempo Camillo; este pueblo tendrá que ir cambiando y en las escuelas y Bibliotecas se escucharan esta música de Basch que has metido entre mis cuadros, pues tengo la intención de donar el video a Pilarín, nueva concejala de cultura. Bien claro lo dejo escrito en mi testamento.
Mucho me gustaría recibir de ti cuando vengas por acá una de esas damajuanas pequeña del renombrado licor del “Cuezco y palomino que tanto me ponderas a modo de pasar días, sorbo a sorbo con un poquito de café bien caliente. Aquí en Sanabria, como bien conoces en esta época, es preciso poner reservas para los días de agua y nieblas, pues el agua, aunque es bendición para tanta sequía no lo es ya a mis años, y, en esos menesteres, lo más que me viene al uso es la jofaina de mi difunta, que uso con cierta frecuencia por aquello de la dichosa próstata.
Te mando con Blasito las llaves del candado que he puesto en la puerta por si alguna vez quieres venir tu y ese amigo tuyo llamado Ángel, que tanto y tanto me hablas en carta por ser entendidísimo en vender selectos vinos del país. - El verano próximo, sería buena cosa, ahora es tiempo malo y las nieblas confunden árboles con personas, sobre todo, cuando regresan los paisanos a las aldeas desde el mercado del puente con cestos y otras mercadurías.
Espero con ansiedad tu carta
Un abrazo muy fuerte de tu tío que mucho te aprecia.
Crespo Cienfuegos (pintor)
Sanabria, Zamora día 11 Enero 1959

-¿Te recuerdas de esta fotografía que hicimos en Macotera?
¡Te doy la gran noticia!
Estoy pintando este cuadro.
Lo he titulado Don Benito y Doña Eulalia. No sé si los recuerdas de aquel viaje que hicimos al Barco de Ávila.

ARJONA EL PINTOR


Transcripción de la dedicatoria: Con el afecto y la amistad que nos une. Oviedo, Mayo 73

 VISITANDO EL PRERROMÁNICO ASTURIANO

Este retrato se lo hizo Arjona a su amigo Pedro Taracena, mientras veían la televisión en un hotel de Oviedo; logrando plasmar una de las posturas más peculiares de su amigo. Se encontaron allí porque en Asturias tenía lugar una de las exposiciones del pintor. Este dibujo trae a nuestra memoria que una excursión por el prerrománico asturiano, nos llevó hasta el conventín de San Salvador de Valdediós. Alli fuimos protagonistas de una anecdota un tanto surrealista. El monumento estaba cerrado y no había rastro de que alguien lo custodiara. El pintor y su amigo no lo dudaron y penetraron en el conventín a través de las celosías del abside.
Cuando hubimos fisgado el interior de la joya prerrománica asturiana, salimos del templo por la misma ventana que entramos, y al cruzar la valla del recinto, un clérigo nos saludó muy amablemente, y nos ofreció abrirnos la puerta para poder visitarlo por dentro. El pintor y el fotógrafo cruzamos una mirada cómplice y asentimos con la cabeza, ante la oferta del amable sacerdote. Una vez en el interior vivimos con gran satisfacción que una persona muy cualificada nos estuviera explicando las carácterísticas de un arte, del cual ambos amigos estábamos enamorados. Según caminábamos por el interior pudimos ver con preocupación que allí estaban marcadas nuestras huellas de nuestra visita anterior... Pero el cura se contagió de nuestro ensimismamiento y se hizo encubridor inconsciente de nuestra mentira. 




 ARJONA EN LA RED

Observando al pintor Francisco Arjona a través de más de trescientos cuadros que se exhiben en la actualidad en Internet, mi escaso conocimiento en Arte no me permite escribir con un nivel técnico y mucho menos académico:

EXPOSICIÓN ARJONA EN INTERNET


 


No obstante, sí, estoy capacitado para narrar las percepciones que como espectador tengo al contemplar su obra. Me siento afortunado porque mi incultura sobre los estilos pictóricos, me permite hacer un comentario sobre su obra a modo de ensayo personal, al margen de los conceptos eruditos de cualquier comisario. Creo que el artista se mueve en un espacio, a mitad de camino entre el naturalismo y el ideal de belleza. Huyendo del término técnico de surrealista, prefiero adentrarme en la realidad sublime del pintor, sus percepciones y la forma como las expresa cuando mancha el lienzo. En cada lienzo se reserva lugares para trabajar texturas de fondo con figuras que son verdad en el universo ARJONA. Aunque en sí mismo sean abstractas.





Su carrera como pintor la he seguido desde aquel día que conocí una copia de una de las vírgenes de la buena leche, nada más y nada menos que de El Greco. En los años de nuestra juventud cuando nos conocimos, mis conocimientos en pintura eran escasos, pero aquella copia me sorprendió por lo complicado que se me antojaban, aquellas pinceladas tan oportunas y con ese efecto tan impresionante. Aunque debo de confesar que el enamoramiento que tuve con esa pintura, quizás, su ópera prima, el motivo había que encontrarlo en mi época pía cuando casi levitaba, donde El Greco ejercía sobre mí toda clase de estragos místicos.
La visualización panorámica o antológica de sus lienzos, dibujos y grabados, constituye un concierto de emociones, armonía de colores cargados de sensibilidad. Su abra es una expresión abierta a sensaciones universales. Sensualidad que quizás haya tenido adormecida por este espíritu perezoso que nos atribuía Unamuno a los hispanos. Hubo un momento en la carrera del pintor que en una de sus exposiciones le dije: Paco ya no te sigo. Es evidente que mi visión era demasiado superficial, alejada de cualquier abstracción. A partir de ese momento renuncié a “comprender” la obra de mi entrañable amigo, preferí vivirla. Dejarme llevar por los sentimientos a lugares donde el autor posiblemente nunca haya habitado. Desde aquellos preliminares de Arjona como pintor hasta el día hoy, han acontecido nuestras vidas. El uno con una trayectoria artística consagrada al documentalismo del humanismo más auténtico y el otro, amante de la fotografía aunque no haya constituido su actividad principal. Reivindicativos en unos momentos históricos y transgresores en otros.






La obra de Arjona yo la contemplo como saliendo del tenebroso túnel del Medioevo y surgiendo como un Renacimiento preñado de evocación de los valores clásicos, un humanismo sexual y enclavado en la naturaleza como marco vital irrenunciable. El retrato es el objeto y sujeto central de su universo pictórico. Sitúa al ser humano en ocasiones como misántropo, pero también como ser social por naturaleza. La mujer y el hombre en diálogo familiar y social. A veces él mismo se hace presente en escenas domésticas, y en otras situaciones retrata personajes desfavorecidos en sus circunstancias vitales. La sexualidad y el amor se deslizan entre sus dedos, con colores y texturas excitantes. La evocación constante a la poesía le acompaña en su rol de pintor. Arjona es un poeta no solamente con el pincel, lo es también con la pluma. En el concierto armónico que mantienen sus obras no falta la música, como si de una metáfora se tratara.
Como mencionaba más arriba, este artículo lejos de ser una lección magistral es un ensayo, que como todo trabajo subjetivo es sobre todo personal. Trabajo que no es más,  que un pintor visto por un fotógrafo…











ÁLBUMES DE FOTOS DEL ARTISTA



























Fotógrafo. Pedro Taracena





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