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TIERRA Y TIZÓN


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"Te paso mi enlace para que veas alguna de ellas... aprendiendo vamos" :

GALERÍA DE IMÁGENES

Tropezar en Internet con una colección de fotos de este nivel es muy gratificante. Me he permitido la licencia de poner un comentario a pie de foto. Como no podía ser de otra manera, este fotógrafo se quita importancia cuando escribe la frase del epígrafe: "aprendiendo vamos".
Los llamados fotógrafos profesionales se han arrogado la exclusiva de tomar fotos de calidad y además cobrar por ello. Esta actitud ha creado en los no profesionales un cierto complejo de inferioridad permanente. Nos han convertidos en eternos aprendices, haciéndonos llamar "aficionados". No hay palabra más peyorativa para determinar a los que hacen fotografías y sin embargo no viven de ello. 
En mis años de investigación sobre la fotografía en la España de los años 50, 60 y 70 del siglo XX, como miembro de la Real Sociedad Fotográfica, he tenido la oportunidad de tratar con fotógrafos ya longevos, entre otros Vicente Nieto Canedo que murió recientemente dos meses antes de cumplir los 100 años y Rafael Sanz Lobato, Premio Nacional de Fotografía 2011. Estos fotógrafos que no eran profesionales, se hacían llamar "amateur". Y consultando esta palabra francesa es el diccionario, tiene dos acepciones que determinan que un fotógrafo nunca será un aficionado, sino un "amante" o "amigo". Un amante de la fotografía. Cuando una persona está enamorada de la fotografía, más aún, una de sus pasiones es crear imágenes, podemos decir sin equivocarnos que estamos ante un fotógrafo. Si además le pagan por ello y trabaja de reportero gráfico, entonces, sí es un profesional pero la calidad de sus imágenes no depende que haya alguien que las pague. Hoy día cualquier persona que tenga en sus manos un dispositivo electrónico que tire fotos, puede estar en el momento oportuno y tirar por tierra las exclusivas y las primicias periodísticas.
Volviendo a nuestro fotógrafo, TIERRA Y TIZÓN es una marca de un fotógrafo. Ante todo de un amante de la fotografía.

La luz traspasa los gigantes del progreso y la tenue y sencilla naturaleza.


Si algún día me pierdo buscadme en París.


El Templo de Debod, Narciso del Otoño.


Columnata vista desde el otro lado.



Alarde de sombras, contrastes y reflejos.


Brillos y texturas evocación de un arraigo.


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